viernes, 28 de marzo de 2008

y pa´ pagar la renta... un poco de blues!

y durante el degenere...

Componiendo a partir de una manzana...




Él acecha magnolias

Cabalgando con hedónicos fantasmas/ el hombre de la delgadez metida hasta los huesos/ acecha magnolias con el pene descubierto/ y los ojos pardos/ Hoy/ en el drama de un zoológico vagabundo/ acompañados por un mandril que sufre despecho/ el acechamagnolias y yo fumamos opio/ aprisionando a las putas que utilizamos/ en sus cuentos nocturnos/ cuando trotamos el arco de su luna/ Con disfraces belcebú bebiéndonos la noche/atolondradísimos de ron/ hacemos el amor dentro de una manzana sin cáscara/ sirenas liberan en mi cintura/ la mística labia de sus ojos/ Ya borrachos/ rumiando los dolores/ me cuenta que el primer rinoceronte se engendró de él/ dice que en la sabana central del África/ capturaba venados alados/ que montaba en las noches distraídas/Adolorido me habla del suicidio/ tomamos leche caliente en la cocina/ busca rincón entre mis piernas de ciruela fresca/ y llorando se queda dormido


El Colectivo Degeneración
invita al:


Taller de poesía
Impartido por Karen R. Kauffmann
Inicio 31 marzo
Todos los lunes de 6 a 8 pm
Informes e inscripciones:
Centro Cultural Creciente
5 Ote. 205
Centro Histórico
Tel. 044 22 24 64 83 01



*texto por Karen R. Kauffmann


jueves, 27 de marzo de 2008

Invitación de último momento...




Informes e inscripciones:
Centro Cultural Creciente
11 Oriente 205. Centro Histórico
cccreciente@gmail.com
colectivodegeneracion@gmail.com
Teléfono: 22 24 64 83 01

Próxima presentación..


La Universidad Veracruzana

y el Colectivo Degeneración

Invitan a la presentación del libro:

Jauría
de
Fernando Sánchez Clelo


participan:

Itzel Saucedo
Carlos Ríos
Guillermo Garay

*Miércoles 2 de abril
6 pm
Casa del escritor
5 Ote. 201. Centro Histórico

Fernando Sánchez Clelo y la microficción inteligente


*Texto a manera de prólogo.
Noviembre 2004
Del libro No es nada vivir.
BUAP-Siena


por Guillermo Samperio



En los textos cortos de Fernando Sánchez Clelo se evidencia una búsqueda constante por el trabajo delicado con el lenguaje. Hay presente, en su obra, una serie de obsesiones que el lector puede hacer suyas porque nos conciernen a todos.
Un humor más bien seco –no aquel que nos arranca la carcajada y busca un efecto inmediato– se deja escurrir por entre su trabajo, casi diría, artesanal.
A “Cada vez que Aladino sobaba la lámpara, el genio tenía una erección” (Luis Felipe Hernández), más cercana al chiste; Sánchez Clelo opone una reflexión que, aunque no carente de matices humorísticos, es mucho más ríspida: “DELICADOS / “Cuida tu salud, fumar un cigarro reduce tu vida un minuto” Lee Carlos distraídamente en una revista mientras, despreocupado, se fuma sus últimos segundos.”
Sus ficciones breves son más elaboradas y profundas. Es, algunas de las veces severo, a tal grado, que produce en el lector una sonrisa ladeada con visos de amargura.
A estas alturas, tiene ya un estilo muy particular, tirándole a lo elegante más que a lo coloquial. Su narrativa se caracteriza por la rigurosa economía del lenguaje. En él no sobra una coma o un adjetivo. Y es que Fernando Sánchez Clelo empezó a practicar la microficción con dificultad. En él, pronto se fue comprobando que a escribir se aprende rescribiendo, retrabajando a fondo y con seriedad el texto.
Podemos encontrar en su trabajo creativo algunos referentes culturales que van desde lo mitológico hasta lo religioso, tocando a veces lo literario.
Ese humor seco es algo característico de su estilo, incluso va con su carácter como persona: Fernando no es de sonrisa fácil, es más bien contenido y así, contenidas, son sus ficciones.
Ocasionalmente utiliza el final sorpresivo pero, en su caso, es solamente un recurso que no termina significando un apéndice como en otros autores. Como un cincuenta o sesenta por ciento de sus ficciones terminan de manera inesperada. No hay, por lo tanto, una urgencia por el lucimiento sino un esfuerzo paciente por la perdurabilidad.
En Sánchez Clelo se pueden, entonces, encontrar finales más serenos y que mueven a la reflexión.
No es adicto al juego de palabras como muchos ficcionistas, prefiere depurar el equilibrio entre fondo y forma, tan importante en el relato corto y la minificción, a través de una prosa cuidada y bien escrita.
Además es evidente su preparación literaria y cultural, aunque nunca es hermético. No tiene un afán de mostrarnos lo que sabe y eso permite que su lectura sea sencilla a la vez y profunda.
En sus textos no tiende a la prosa poética. Por el contrario, muchas veces se trata de mini cuentos que conservan las características estructurales del relato más extenso (hay un hecho narrado, un conflicto que desemboca en un desenlace), en su versión micro.
A veces, sin embargo, está sólo esa sátira seca que se mueve entre Jules Renard y Josef Jouvert, por mencionar dos casos franceses. En el caso de Sánchez Clelo estaríamos más cerca de Jouvert por su tendencia aforística.
Se puede decir que entre la gran cantidad de microficciones (entre las que se busca casi siempre un efecto inmediato que un contenido perdurable, por lo que de pronto nos enfrentamos a textos que pudo haber escrito cualquiera), es notable que Fernando Sánchez Clelo ya tenga un estilo, un sello de identidad bien definido.
Como quien busca encuentra, Fernando está llegando, aunque los caminos y veredas no sean nunca lo que parecen:


EL REGRESO I

Después de todas las tribulaciones vividas durante los últimos años, Ulises se siente cada vez más cerca de Penélope. Mira nostálgico el paisaje con lágrimas en los ojos, está feliz y no puede contenerse.
-Ítaca... ¡Ítaca!- grita conmovido.
-Esto no es Ítaca señor- le dice un hombre desde una carreta.
-¡¿Qué lugar es éste?!- pregunta alterado.
-¡Esto es Comala señor, Comala!- contesta el extraño mientras se aleja.
Ulises, desconsolado, comprende que una nueva odisea está por comenzar.

sábado, 22 de marzo de 2008

invitación al taller de apreciación al cine


EXTERIOR / DÍA

Del sol se desprenden rayos una serie gama que provocan transformaciones en un grupo de personas que camina por la ciudad. Al sentir la carne arder, empiezan a arrancarse la piel hasta quedar en huesos.

CORTE A: Espectadores con cara de "no entiendo nada"

CORTE A: EXTERIOR/ NOCHE

Con su cubierta de titanio, los esquelos acercan su rostro a la pantalla...

Colectivo Degeneración invita al Taller de Apreciación Cinematográfica, coordinado por Yussel Dardón. Esperamos verlos para descubrir si los cyber-esqueletos se comerán a los espectadores o si estos sacarán un imán gigante para hacer con los muertos, anillos de compromiso.

viernes, 21 de marzo de 2008

invitación al taller de cuento de fernando s. c.

¿ Recuerdas la vez que viste a un hombre tratando de beber la última gota de aguardiente? ¿Recuerdas que los ojos del hombre, secos de buscar el líquido, encerraban una tristesa árida? ¿Recuerdas que al verlo dijiste que era buena imagen para un cuento?
*
Colectivo Degeneración te invita al taller de cuento coordinado por Fernando Sánchez Clelo, un degenerado que al ver al hombre se le ocurrió escribir:

Desértico
Al verla arrojarse al agua del oasis, corrió lento por la arena.
-¡Espera, es un espejismo! -le gritó inutilmente. Con un gesto de horror, ella se evaporó junto con las palmeras.
(Tomado de No es nada vivir (BUAP, 2005) de Fernando Sánchez Clelo)
*
La invitación está hecha, lo demás son palmeras en el desierto..

Reptando por los doce compases


por Yussel Dardón

En su libro El crepúsculo del pensamiento, Cioran señala que si tuviéramos alma, la música la habría creado; es quizá esta idea la que concentra la esencia musical del hombre y la mujer. Las notas, en tanto su vaivén en el viento, edifican el ánima, juegan con las partículas de oxígeno inundándolas de melodía. Si ponemos atención podremos escuchar la música saliendo de nuestro respirar, del alma que busca disgregarse para así formar el más hermoso de los ensambles.
Siguiendo con el tono de Cioran, creo que uno de los estilos musicales que reflejan y construyen a tonadas el alma, es el blues; música de algodón, de dolor, de sudor, alcohol y mujeres, melodías todas que acompasan la vida y que irremediablemente generan pequeñas explosiones dentro de los oídos y que terminan de detonar en la caja toraxica. ¿Existe quién dude de esto tras escuchar a B. B. King, Willie Dixon, Pink Anderson o Floyd Council?
Así pues, el blues es música del alma y para el alma y, como diría Martín Lucero, En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilede y debilitar la envivida y el odio como la música y en este caso el blues.
La Serpiente Elástica, una banda blusera conformada por ahora cinco elementos, lanzan su segundo álbum, La serpiente negra, una metáfora del ferrocarril, una metáfora del traslado, del cambio, de las jornadas extenuantes a bordo del bólido metálico. David Pedraza, Martín Pérez y Roberto Prieto, base de la agrupación, muestran con este disco que para llegar al trasfondo del blues es necesario volver a las calles, a las historias comunes y a los proto-sonidos urbanos, como el del lavadero, el teléfono, las cucharas y el tamborileo constante de los dedos. Cada canción que compone el disco es prueba de ello, del buscar continuo del blues en la vida, como dirían ellos en Caminando, caminando: “muchas cosas me encuentro, las baño con la luna y en este blues las meto”.
Desde el primer disco de La serpiente, Resistiendo, se intuye la poética urbana de sus letras y de su visión de la música, sin embargo siento que es con este nuevo material que el grupo depura sus intenciones, va madurando la búsqueda del sonido primordial y de la voz instintiva del blues. Aquí hay dolor, alegría, celebración, sexo, soledad, rebelión, libertad y transformación.
La serpiente negra es un disco auténtico de blues, donde se busca el ensamble justo para que la melodía permanezca sin alteraciones; así, el apoyo en los coros de Margarita Velásquez da frescura a la excelente canción biográfica B. B. King (Riley Boy). La armónica fundamental en las canciones del grupo vitaliza la armonía, como en el track que le da titulo al disco, donde encontramos un manejo lúdico de la armónica mostrando el sonido original de la escena ferroviaria o en la adaptación de Jaime López, donde la armónica lleva el ritmo. El vagablues, una composición urbana, destaca en su estructura pues pasa del blues al jazz fusionándose en un ritmo bien llevado por la batería y por la voz de David Pedraza. En Niña Serpiente se muestra la madurez del grupo, pues la música se intensifica de poco en poco por cada uno de los elementos de la banda, distinguiendo la intensidad del blues. Así encontramos instrumentos adaptados, el excelente requinto de Roberto Prieto, la armónica de Martín Pérez, el bajo y la batería que construyen, desde mi perspectiva, la mejor canción del disco.
Si hay algo que identifica la música de La serpiente negra es el movimiento, un andar de experiencias y música que llegan al “destino libertad”, como bien dice la letra de una de sus canciones.
La Serpiente Elástica es un grupo auténtico, alejado del mainstream y de las modas musicales, que no buscan hacer música comercial, que se definen como creadores, como músicos que viven el blues y que aún les emociona la vitalidad del género, músicos que entienden a Verlaine cuando dice "La música antes que nada".

*Texto leído durante la presentación del disco La serpiente negra. Febrero de 2008
*fotografía de Mauricio Mendoza. Marzo de 2007

Animalidad en Fuera de Interviú

por Georgina Lizet



Si bien algunas palabras como podría sugerir el título de este fascículo, permanecen fuera de la entrevista que María Villatoro sostiene consigo misma (cambios -abruptos al parecer- de persona, número y tiempo), generan en Fuera de Interviú un movimiento de voces anacrónicas: rugidos, bramidos, crocitares y aullidos atemporales frente al espejo.
Con hilares reflexivos que anhelan tejer la existencia expresada en el largo aliento de su propia voz, Villatoro nos remite a un eco de este tiempo verbal, simultáneo, extenso y apresurado: el destiempo de una torre en ciernes que lo va desbordando todo.
En esta explosión de palabras, la "animalidad" del corazón entrega su sangre a destajo, sin miramiento de entrañas expuestas. La entrega por amor y ausencia la nace de haber tocado la muerte y la comparte fielmente, sin alterar su libre flujo.
Villatoro eleva sus emociones al punto de nombrarlas poesía, aunque bien sabe, que la poesía está en la vida, y que nosotros, -simples mortales- sólo podemos llegar a ser un canal; que el único acto que se le puede entregar a los días, es uno, que si tuviera nombre, podría llamarse: el vivir ilimitado. El amor, puente tan largo, lugar sin rumbo, es, para este trote desbocado en el proceso creativo de María Villatoro, motivo de arranque y fuga; el ritmo voluptuoso de su búsqueda tangible, en una soledad asumida pero no aceptada, o visceversa.
María, torrente en el viento, toma el instante a trago de garganta voráz para cada día y así lo entrega, gritando en el mismo bar taciturno de sus horas revueltas. Si así pues, tomáramos ese instante, que se derrama por los agujeros de nuestras manos -igual que la ausencia- tal como fue vertido -a bocajarro en pecho-, entonces, podría surgir algún suspiro regio; una voz desgarrada; el bufar de algún toro que se hiciera presente en nuestro cuerpo, desde los adentros de María.